Sin duda, muchos han visto y vemos a Benedicto XVI como el gran Doctor en Teología. Cada palabra pronunciada en sus encíclicas, homilias, catequesis, audiencias y otras apariciones públicas tiene una riqueza y sabiduría inigualable. No voy a cuestionar lo incuestionable... Pero la autoridad moral del Santo Padre no viene de esta altura intelectual, la autoridad del Santo Padre viene de su humildad.
Recuerdo cuando fue elegido Papa y empezó a pedir perdón en nombre de la Iglesia por los pecados cometidos por sus miembros a lo largo de la historia. La primera vez que escuche pedir perdón por la inquisisión se me revolvieron las tripas... Ya saben que muchos católicos argumentamos el "y tu más...", para justificar nuestras malas acciones con las peores acciones de otros. Que decir de su denuncia de los abusos sexuales. En un mundo que no hace más que tapar el mal y justificarlo, el destapa y con firmeza y amor fraternal muestra al mundo que por encima de todo está la verdad y la justicia.
Miren, en un mundo donde solemos mirar por encima del hombro al que tenemos al lado, donde las personas valen lo que su condicional social y formación intelectual, nos encontramos con alguien, que siendo más inteligente, más capaz y preparado pide perdón y se humilla... ¿Quien puede contra esto? Nadie, ninguno puede atacar a este Papa, porque nadie puede contra la HUMILDAD.
Acabo con unas palabras del Santo Padre de su homilia del pasado Miércoles de Ceniza: Aquí está la solución a la crisis moral y económica en un mundo donde todos hablan de los sinverguenzas políticos, banqueros, de la corroupción en las instituciones...:
En efecto, también en nuestros días, muchos están listos a “rasgarse las vestiduras” ante escándalos e injusticias – cometidas naturalmente por otros –, pero pocos parecen dispuestos a actuar sobre el propio “corazón” , sobre la propia consciencia y sobre las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueve y convierta.
GRACIAS SANTO PADRE.
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Jorgiano (viernes, 22 febrero 2013 11:55)
Muchas gracias Jorge. Sin duda que Benedicto XVI es un ejemplo a seguir para todos los cristianos del mundo y para los que no lo son. La humildad en un hombre "tan grande" pero a la vez tan bajito como Ratzinger es impresionante.
Jorge (lunes, 04 marzo 2013 15:38)
Obediencia y servicio, HACERSE PEQUEÑO, que maravilla!!!!!
Que fácil parece, pero que díficil es...(apoyado en Dios él lo hace todo fácil)
Tenemos el camino..., que enorme confianza, dejarse llevar por su amor, no siendo uno, sino dejando que sea Cristo el que actue en uno mismo...
"Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino el ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él” palabras de Benedicto XVI en la Misa de inicio oficial de su pontificado. 24 de abril de 2005