Feliz año nuevo, hermanos,
feliz, que no se cumplan
vuestros deseos, que siempre son para mal.
Que no os toque la Lotería, que con el dinero
se os endurecerá el corazón y miraréis
al suelo, sólo al suelo,
y dejaréis de caminar.
Que no os sonría la salud, que un día
el dolor os haga comulgar con el dolor
de los hermanos.
Y que no os quiera todo el mundo,
que el mundo sólo quiere a los suyos
y vosotros no,
no sois del mundo.
Feliz año, hermanos, año nuevo,
nuevo de nuevas ganas de vivir caminando,
nuevo de caminar mejor, de ser más libres,
año de servir más, año de conocer
a Jesús, el Libertador.
Feliz año libre, hermanos, libre
de necesitar más tierra en vuestras bolsas, libre
de no pensar en que otros pasan hambre, libre
de medir a los otros como ellos os miden, libre
de estar histéricos porque os quieran y os alaben, libre
de estar angustiados por vuestros propios pecados, libre
de prescindir de Dios, y de temerle, libre
hasta de la Ley, que ya ha venido
Jesús Libertador, que se muera la muerte
de servir al dinero y al confort y a la envidia,
que se muera la muerte del temor a Dios juez,
que se muera y se pudra el precepto,
el castigo, que se muera el infierno, que se muera
ese viejo de tierra calculador y corto de vista
que nació con nosotros en nuestra propia carne,
que se muera la carne, que ya está entre nosotros
La Vida, Nueva de primavera, brillante de pura aurora,
que todo es nuevo, que nos han roto las cadenas,
que los montes y las estrellas van radiando
la Gran Noticia, el Evangelio eterno,
que Dios te quiere, que ya te han Liberado, que eres
Hijo, que nunca, nadie
podrá apartarte del amor de tu Padre,
manifestado en Jesús,
nuestro hermano mayor, nuestra cabeza
de puente, el caminante
que ya está allí, arrastrando la cordada
de todos los hermanos
desde la casa de la luz eterna.
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