Misioneros de pacotilla

El pasado jueves comezarón las formaciones para los 47 jóvenes que tendrán una experiencia misionera en Guatemala. A la cita habíamos invitado a D. José María Calderón, Delegado Episcopal de Misiones en Madrid. Su charla era la primera y tenía que hablar del sentido de ser misionero. 

 

La cosa comenzó a ponerse interesante, cuando las primeras palabras que les dirigió a los jóvenes fueron: Vosotros no sois misioneros, ya os gustaría... decir que sois misioneros es un insulto a los verdaderos misioneros... Los misioneros de verdad dejan todo y se van al menos tres años donde les envía la Iglesia. Vostros vais a tener una experiencia misionera en el mejor de los casos.... Uffff..., mientras hablaba les hablaba con el corazón... se imaginan la cura de humildad de estos jóvenes mientras escuchaban. Se creían importantes y en la primera charla tocamos tierra. D. José María continuó contándonos impresinantes experiencias de misioneros en paises como Sierra Leona, Sudán y un largo etcétera para pasarnos a resumir el verdadero sentido de ser misionero:

 

- Misionero es el que inflamado por el amor a Cristo en su corazón va a llevar a otras partes ese tesoro, esa perla, que ha descubierto, respondiendo al mandato de Cristo: Id al mundo entero y predicad el evangelio...

- Misioneros son también los que practican la Caridad que difiere de la labor de una ONG: Y es que en muchos lugares, las personas han perdido su dignidad porque no tienen lo esencial, lo básico. En estos lugares además los misioneros responden a la llamada de Cristo en el Evangelio de ver en el pobre al mismo Cristo: Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis;  estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a verme... En verdad  os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mi me lo hicisteis

 

Antes de finalizar, D. José María Calderón volvió a recordarnos algo que quizás no esperabamos oir: No creáis que hacéis un gran sacrificio por estar 3 semanas durmiendo en sacos de dormir, o duchándoos con barreños, porque en pocos días volveréis a estar en vuestras cómodas casas descansando junto a vuestras familias. No creáis que váis a cambiar la vida de nadie, porque no es así, algunos misioneros trabajan años sin recoger frutos, y ellos si dejan todo para seguir a Cristo. Esta experiencia misionera va a servir sobre todo para llenar vuestros corazones, para que descubráis el amor de Dios, aprovecharla.

 

Concluyo volviendo a recordar las palabras del Nuevo Testamento puestas en boca de la Madre Teresa: "Hay más alegría en dar que en recibir", o dicho por el mismo Cristo, el que quiera ganar su vida la perderá y el que la pierda por mi la salvará. Demos gracias a Dios, todos los miembros de Juventud y Familia Misionera por permitirnos dar un poquito de nuestro vida, y pidamos que El Espíritu Santo inflame nuestros corazones para que demos muchos más. Recuerden, la fe que no se comparte se enfría.

 

Decir Soy Misionero desde hoy, son palabras mayores, porque la dignidad de esta palabra nos sobrepasa por el amor que lleva implicita. Si quieres pronunciarla en primera persona tendrás que renunciar a más de 3 semanas... y sinceramente, se necesita amar mucho y mucha gracia de Dios para esto.

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